Parece que Darío Moreno ha dado con la fórmula que le permitió ganar de forma incontestable las pasadas elecciones. Él sabe que la publicidad y la buena imagen son las piezas necesarias para conseguir que todo el mundo, en el momento de votar, se acuerde de su alcalde. Su amabilidad y cercanía con las personas le han dado una popularidad difícil de igualar por los candidatos del resto de fuerzas municipales.
Consciente de ello, nuestro primer munícipe está más preocupado por dejarse ver en todos los acontecimientos sociales y, si no los hay, no repara en recursos para crearlos y tener espacios en los que puede ganar más popularidad entre las gentes que parecen encantadas de que por fin, un alcalde esté a su lado, en las fallas, en las fiestas de barrio, en los cumpleaños centenarios, en las fiestas de los mayores, en los concursos de guiñote o en sus visitas a los institutos para que los alumnos de bachiller, vean lo guay que es su alcalde, y se acuerden en las próximas elecciones en las que ya serán mayores de edad.
Muy bonito este idílico panorama, que supone un enorme gasto municipal en las fiestas creadas ad hoc, en el que los ciudadanos se sienten felices de que prácticamente cada semana tenemos uno u otro acontecimiento o concierto, como el de la celebración del cierre de AHM, en el que participaron los concejales del PSOE con entusiasmo, ignorando que el traumático cierre de la empresa fue propiciado por su propio partido.
Pero claro, tanto ir de fiesta en fiesta y de foto en foto, con asesores gráficos contratados únicamente para seguir al señor alcalde, conlleva la dejadez en sus funciones, lo cual provoca que la gestión municipal sea desastrosa. Darío Moreno puede fomentar su carrera política en la ONU, yendo de viaje pagado con recursos públicos e intentar hacernos creer que lo que está haciendo es poner a Sagunto en el mapa, cuando la realidad es que está poniendo su foto en los medios para que lo tengan muy en cuenta para sus futuras metas políticas. Sin embargo, como alcalde del municipio deja a sus concejales descabezados, cuando debería estar asesorando y cuidando de un equipo de gestión tan novato.
Mientras tanto, las quejas ciudadanas sobre el asfalto, o la suciedad siguen ahí, sin que nadie le ponga remedio. Las obras del casino gerencia o las del depósito de Churruca paradas, mientras el carril bici para vender su imagen de ciudad ecosostenible avanza con toda rapidez. El transporte público desde El Puerto sigue desastroso sin que desde el ayuntamiento se defienda la llegada del tren o el metro a nuestro pueblo. Las fiestas del Carmen o del Barrio Obrero de aquí abajo siguen sin financiación, mientras el ayuntamiento financia por “publicidad” festivales privados en los que se cobra entrada. Y no insistan en ver al primer munícipe por el ayuntamiento, porque probablemente estará en una de esas fiestas para vender su imagen.
Eso sí, en el PSOE hay 11 concejales más: ¿serían ustedes capaces de recordar el nombre de al menos tres de ellos?
