Hace unos días se publicó la noticia de que el comedor social de Sagunto iba a cerrar sus puertas de forma definitiva el 31 de diciembre de este año. La concejala de Iniciativa Porteña, Pilar Berná, ha contactado con algunos usuarios de este servicio social para comprobar si se les ha ofrecido ya alguna alternativa como decía la nota de prensa.
“Entrevistándonos in situ con algunos de los usuarios de este servicio pudimos constatar la incertidumbre y preocupación que existe, ya que apenas faltan dos semanas para el cierre del comedor social, con las fiestas de Navidad por medio, y todavía no se les ha dado ninguna solución concreta a cada usuario, más allá de promesas genéricas”.
La concejala porteña critica las formas y precipitación de esta medida que precisamente por afectar a personas en riesgo de exclusión social, debería haberse debatido y consensuado en la Comisión de Bienestar social, argumentando además que las soluciones dadas tanto en prensa como posteriormente en la citada comisión no van a sustituir lo que el comedor social ofrecía a estas personas.
“Efectivamente nos llama la atención la batería de argumentos que se nos dio en la comisión de bienestar social, ya que en nuestra opinión no son suficientes para eliminar este servicio social, más allá de una cuestión de ahorro económico que pensamos que es de lo que se trata, a costa de un peor servicio y sobre todo de que se quede gente sin atender y que ahora usa el comedor social.
Sobre el argumento de que el comedor social no es una competencia autonómica, que es lo que esgrimen desde Consellería para eliminarlo, estamos de acuerdo, pero nada impide que el actual comedor social se gestione directamente desde el propio Ayuntamiento, ya que es una competencia municipal. Y ejemplos de comedores sociales municipales tenemos muchos (Alicante, Aranjuez, Pamplona, Leganés, etc).
Por otro lado una de las soluciones propuestas, como es la de derivar a algunas personas al programa “menjar a casa”, no pensamos que sea la solución idónea, ya que este programa solo está destinado a mayores de 65 años, y por tanto muchos usuarios actuales quedarían fuera de este servicio, además de que cuesta 2,50 euros por comida, con lo cual otras tantas personas no podrán hacer frente a este desembolso adicional. Recordemos que estamos hablando de personas en riesgo de exclusión social, y con pocos o ningún recurso económico.
Y he dejado para último lugar lo que me causa auténtico sonrojo. Y es el argumento de que actualmente el servicio lo usan “solo” 22 personas. Estamos hablando de personas, no de números, cada una con su nombre y apellidos, con sus cargas familiares, con sus situaciones personales seguramente penosas. Y no podemos dejar en la incertidumbre a estas personas que lo único que piden es un lugar donde poder comer caliente una vez al día al menos por lo menos”.
Pilar Berná también critica la pasividad de este equipo de gobierno, con el concejal de Bienestar social al frente, ante el anuncio de la Consellería del cierre del comedor social, y más teniendo en cuenta que en cuanto pueden alardean del gasto social en esta legislatura y de este equipo de gobierno.
“Nos ha llamado la atención el alineamiento de este equipo de gobierno con la decisión de Consellería de eliminar el comedor social, respaldando esta medida y aplaudiéndola incluso. En vez de asumir la gestión directa del comedor social ante el argumento de Consellería de que no es competencia autonómica, optan por la callada por respuesta. Parecen asumir las soluciones alternativas que plantea consellería que como hemos visto ofrecen un peor servicio que el actual comedor, pero eso sí a un coste económico menor.
Y para finalizar no puedo pasar por alto el “gesto” del alcalde Darío Moreno, haciéndose la foto de rigor (esa que no falte) con un peto de voluntario del Banco de Alimentos, a la puerta de un supermercado recogiendo víveres que donaban los clientes, justo en la misma semana que se anunciaba el cierre del Comedor Social. Eso seguro que “no merece” una foto del señor alcalde. Pónganle ustedes el nombre que deseen. ¿Hipocresía quizás?