Si algo ha puesto en evidencia las últimas tormentas sufridas en nuestro pueblo es la falta de prevención y la improvisación para paliar los daños sufridos por estos fenómenos atmosféricos. Es cierto que ha llovido barbaridades, y de manera reiterada, y también no es menos cierto que se repiten, cual «día de la marmota», los problemas endémicos que padecemos. La entrada por el sur bajo las vías se inunda cada vez que hay una tormenta, el desagüe natural por la Lonja encuentra una barrera infranqueable de maleza en embalsa una mezcla nauseabunda de aguas pluviales y fecales, el colector de la avenida Mediterráneo es incapaz de evacuar adecuadamente las aguas, en definitiva, una falta de infraestructuras que minimicen los daños en estos casos se hace más necesaria que nunca.
Y desde luego llueve sobre mojado, porque los problemas de aquí se eternizan o se enquistan sine die, y no sólo por causas meteorológicas. Si no, ¿cómo es posible que no se cuente con Plan Director contra inundaciones? ¿Cómo es posible que infrestructuras educativas como el nuevo instituto tarden más de una década en comenzarse? ¿Cómo es posible que un modesto pabellón deportivo lleve más de 10 sin acabar? ¿Cómo es posible que la Nave de Talleres siga sin uso y sin rehabilitar? ¿Cómo es posible que mo tengamos en marcha un Museo Industrial?¿ Cómo es posible que el Horno Alto este cerrado? ¿Cómo es posible que el Pantalán y la Gerencia se nos caigan a pedazos? ¿ Cómo es posible que El Economato no este habilitado como Centro de Día y Centro Especializado de Atención a Mayores (CEAM)? ¿ Cómo es posible que todavía no tengamos tren de pasajeros? ¿Cómo es posible que tras esperar cinco años nos hagan una plaza de la Concordia tan cutre?
Las respuestas a todas estas preguntas se pueden resumir en una sola, El Puerto necesita gestionarse sus asuntos y problemas. Cuestiones propias que son simplemente diferentes a las de Sagunto, donde no hay problemas de inundaciones, ni Patrimonio Industrial, ni infraestructuras educativas o deportivas por concluir y tienen solventado el transporte público, pero que obviamente tiene sus propios problemas, diferentes a los nuestros.
Para poder ir solucionando estos problemas de mala gestión disponemos de una herramienta jurídica, la Ley de Régimen Local de la Comunitat Valenciana. Esta Ley en su Título IV nos habla de las Entidades Locales Menores, es decir, aquellos núcleos de población separados territorialmente del municipio al que pertenecen y que tienen características peculiares. Estos entes tienen como objetivos: incrementar la calidad de vida de los vecinos, optimizar la gestión administrativa de los servicios públicos municipales, promover o intensificar la participación ciudadana, así como proteger singularidades históricas o culturales.
Entre sus competencias está: administrar, conservar y aprovechar el patrimonio que, en su caso, se les asigne, ordenar del tráfico de vehículos y personas en las vías urbanas, parques y jardines, pavimentación de vías públicas urbanas, ferias y mercados, alumbrado público, limpieza viaria, actividades recreativas y turismo y ejecución de obras, entre otras que pueden ser delegadas desde el Ayuntamiento.
En definitiva, la mejora de El Puerto pasa por la mejora en su gestión municipal, y un paso muy importante sería constituirse en entidad local menor. Cuando un colectivo es consciente de la entidad a la que pertenece puede fomentar y exigir su mejora, sin que sus reclamaciones caigan en el saco roto de este municipio dual incapaz de solventar los problemas de sus ciudadanos.
Sergio Paz Compañ
Vicepresidente de Iniciativa Porteña
