A primeros de abril saltaba en la prensa la noticia del desmantelamiento de la grúa cabria situada en el extremo este del muelle sur del puerto comercial de Puerto Sagunto, donde permanecía desde 1974. Tras quedar fuera de servicio, los responsables portuarios de la época tuvieron a bien dejarla como monumento que adornara estas instalaciones. Esta grúa era la de mayor capacidad de carga del momento en todo el Mediterráneo, ya que operaba hasta 250 toneladas. Fue el último vestigio que quedaba del montaje del fallido proyecto la IV Planta Siderúrgica Integral, de la cual tan sólo se ejecutó el tren de laminación en frío, actualmente perteneciente al grupo Arcelor. El motivo alegado por la Autoridad Portuaria de Valencia es que limitaba y restringía el servicio en esta zona del puerto. Como dato decir que en 2015 esta misma entidad, recuperó otra grúa cabría en el puerto de Valencia que ornamenta su entrada.
Ante esta sorprendente noticia desde Iniciativa Porteña se reaccionó con rapidez y se solicitó que se utilizara este importante elemento del Patrimonio Industrial, de indudable valor histórico y monumental, en la ornamentación de la plaza de acceso al nuevo Pantalán proyectada y presentada por la APV a finales de 2020. El guante fue recogido e incorporado junto con otras propuestas -principalmente de acceso y conexión con el paseo marítimo- para mejorar el proyecto. Pero claro, como la dicha nunca es completa hace escasos días y a preguntas de nuestros Concejales, en el último Pleno el señor alcalde informó que había sido destinada a chatarra, asegurando el alcalde que «habíamos llegado tarde».
Triste final para este hito del Patrimonio Industrial que sigue el mismo destino que otros tantos. Y es que aquí no ha habido alcalde de Sagunto que no haya querido dejar su impronta en este tema cargándose algún elemento singular. Así lo hizo Calero cuando autorizó el derribo de la antigua Escuela de Aprendices para dejar un solar polvoriento y sin uso, o Castelló con el derribo del viejo apeadero del Trenillo en lugar de integrarlo en la nueva avenida de Adolfo Suarez como solicitó IP; Fernández fue más sibilino, simplemente durante su mandato dejó morir por inanición este patrimonio, como vemos con el restaurado y cerrado sine die Horno Alto, por no hablar de su manifiesta voluntad para que la Vía Verde de Ojos Negros finalice en Sagunto y no El Puerto.
Darío Moreno pasará a la historia como el alcalde al que se le cayó el Pantalán al fondo del mar, mientras firmaba un nuevo convenio con la APV y tiraba el balón hacia adelante.
Si bien en lo del Pantalán tiene poca responsabilidad, pues cuando llego al poder ya estaba «casi todo el pescado vendido», si que la tiene y mucha, en el desmantelamiento y achatarrado de la grúa cabria. Como alcalde de uno de los tres municipios en donde la APV dispone de instalaciones (Gandía, Valencia y Sagunto) es miembro del Consejo de Administración del ente, con voz y voto. Si no sabía que es lo que se iba hacer con la grúa cabria, debiera haberse tomado interés, informado y exigir su recuperación y posterior traslado allí donde el ayuntamiento decidiera, haciendo valer el compromiso que Aurelio Martínez, presidente de la APV, manifestó con el municipio y su Patrimonio Industrial. Cualquier otra explicación suena a escusa.
Por cierto, ni se le ocurra mandar a la chatarra las viejas grúas azules del muelle sur, esas todavía estamos a tiempo de salvarlas cuando finalicen su vida útil.
Está claro que desde la atalaya del castillo se ve muy, muy lejos y con un enfoque dificultoso todo lo concerniente al Patrimonio Industrial; otra cosa bien distinta es cuando aparece una milenaria piedra romana, entonces no duelen esfuerzos, recursos y el trabajo que haga falta para sacarla a la luz y ponerla en valor.
Así nos va.
Sergio Paz Compañ
Vicepresidente de Iniciativa Porteña