Gracias a la madrugada del día del 28 de junio de 1969, en nuestros días, en nuestro siglo XXI -afortunadamente- podemos celebrar este día como el día del orgullo. Un día en el que muchos/as se cuestionan: ‘‘pero, en realidad, ¿qué intentan reivindicar?’’ y el simple hecho de que aún se permitan este tipo de cuestiones nos hace ver que todavía queda mucho por lo que luchar.
Y como digo, no es suficiente. Que tengamos que seguir viviendo situaciones tales como en el propio deporte, en esta Eurocopa, no más lejos de la realidad, donde países como Hungría saque leyes donde prohíbe hablar de la homosexualidad en colegios y medios, deja en entrever que la reacción humana ante una situación que. No se comprende genere odio y rechazo, aunque todo esto sea luctuoso, vergonzoso y que de pena.
Quizá esto nos hace plantearnos que no se ha superado del todo. Considerando así que, las personas que quizá no acepten al colectivo y, por ende, al género humano, quizá sientan ese rechazo porque no lo entienden. O quizá porque no han vivido situaciones, como yo misma he vivido al ver a dos ancianos mientras veían a una pareja homosexual diciendo: ‘‘míralos, eso, a partir de ahora es la igualdad. ¿No querían igualdad? Esto es vergonzoso’’, cuando la única vergüenza que había era la que estaban dando ellos en ese momento.
En nuestros días, por suerte, cada vez hay más apoyo desde nuestras instituciones y, con esto, me refiero a nuestro país. Mociones que se presentan en nuestras comarcas, nuestras localidades dando apoyo al colectivo, a nuestro colectivo -aunque siempre haya alguien que todavía vaya en contra de los derechos humanos-.
Por último, mencionar que esto es sencillo: vamos a dejarnos de demagogia, de usar el concepto de igualdad al libre albedrío. Como dicen Xavier Bettel, «ser gay no es una elección, pero ser intolerante sí lo es’’. Todo lo hacemos difícil cuando debería de ser sencillo: todos somos PERSONAS y, al que no le guste, que se vaya a los 27 países que aún lo tratan como una enfermedad, sin darse cuenta de quiénes son los que realmente están enfermos.
Carolina Fuetes Gallur
Concejala de Iniciativa Porteña