Más de 180.000€ y 6 años de espera. Estas son las cifras de una plaza emblemática con sus característicos porches y lugar de encuentro para personas de todas las edades que por desgracia jamás volverán a ver su querida plaza tal y como era.
Los porteños teníamos que soportar que nos dijeran que la remodelación iba a comenzar ya mismo, en un par de meses, o tan pronto como sea posible, y la realidad es que los mismos partidos que nos gobiernan desde que se produjo la demolición nos han traído un esperpento de obra producto de una gestión pésima y lastrada por el tiempo.
Como anécdota, les contaré que hace apenas un mes la empresa constructora anunciaba a bombo y platillo en redes sociales la reforma de la plaza mayor de Sagunto tras varios años sin solución, ver para creer. Y es que cuando algo empieza mal, suele acabar mal porque esta semana volvió a la palestra el tema de la Plaza de la Concordia tras la denuncia de una vecina, valiente y sincera, que no daba crédito a lo que estaba sucediendo en aquel lugar.
Comenzaré diciendo que solo una persona sin conocimiento de lo que es El Puerto, sin comprender la identidad de un pueblo, perpetraría semejante irresponsabilidad. Miren, la palabra más repetida en el post que denunciaba esta situación la palabra más repetida es vergüenza, y no es para menos. A la paciencia de esperar años y años ahora se suma la rabia e impotencia de ver que todo lo que sale mal es en El Puerto, de que todas las excusas por parte del Ayuntamiento son en El Puerto y que todas las pifias ocurren en El Puerto, basta ya.
Sinceramente no creo que esta situación sea casual, solo hay que apreciar la eterna comparativa entre los dos municipios y darse cuenta de que mientras arriba se encuentran cómodos y con obra pública a la altura, solo hay que ver como ejemplo comparativo el solar de Quevedo, nosotros nos encontramos en una realidad paralela y nos tratan de vender mediante estupendos videos y entrevistas personales que todo va viento en popa, pero incluso ellos mismos son conscientes que en su mandato hay más sombras que luces.
Estoy harto de ver como nos faltan el respeto y aun así nos tratan de hacer ver que la obra de la plaza de la Concordia no está mal, como si de falsas esperanzas se tratase, pero lo que han permitido no tiene perdón porque tanta gente no puede estar equivocada del error mayúsculo que han cometido. Es posible que el día de la inauguración, el videobook y las fotos que se hagan no queden tan bonitas y espectaculares como esperaban.
En definitiva, cuesta creer que tras la larga espera este sea el resultado que vayamos a tener, pero no queda más que seguir luchando y defendiendo los intereses porteños, le pese a quien le pese. El pueblo ha hablado y parece que la Plaza de la Concordia, por desgracia, es una oda al mal gusto…
Eduardo Márquez Fuertes
Jóvenes Porteños