Quizá muchos no sabríamos cómo describir la situación por la que estamos pasando. Una situación que, a nuestro parecer, nadie esperaba (¿o sí?). Una situación que a todos nos coge de sorpresa (¿o no?) y nos deja encerrados en casa, viendo pasar los días y con, al menos, un mínimo de esperanza de que esto terminará y de que volveremos a salir.
Ahora es cuando, tras y en este confinamiento, tenemos este tiempo que antes tanto anhelábamos pero que se nos escapaba de las manos y no nos dejaba disfrutar de las cosas que realmente queríamos, algunas tan simples como leer un libro, acostarse pronto, ver nuestra película favorita, pasar más tiempo con nuestra familia, etc. y ahora es cuando nos empezamos a dar cuenta, afortunadamente, de las cosas que son realmente importantes.
Ahora es cuando empezamos a valorar muchas de las cosas que antes no hacíamos y con esto me refiero a cualquier ámbito: por ejemplo, empezamos a valorar que la ciencia SÍ es importante -esto es muy deprimente, en serio- y que es lo único que nos salvará realmente; empezamos a valorar que NINGÚN TRABAJO ESTÁ POR ENCIMA DE OTRO, por ejemplo que el ser cajero y/o cajera ahora es más vital, cuando debería haberlo sido siempre; también que nadie vale más por tener estudios y que los que no tienen no son menos válidos, entre otras cosas.
Esto por esto que, como ahora tenemos tiempo, es un buen momento para reflexionar y darse cuenta de que hay muchas cosas que se pueden cambiar y, no solo eso, sino que se deben cambiar, empezando por nuestra actitud. Lo más peligroso de este confinamiento, de esta temible situación, es que no existe un equilibrio, que no seamos capaces de hallar una homeostasis social debido a que en la balanza está predominando muchísimo más, de una manera terrible y angustiosa, el lado en el que hay gente que intenta buscar culpables en vez de predominar el lado de ser más humanos y arrimar el hombro, de sacar lo mejor de nosotros y nosotras, de salir más al balcón y saludar al vecino y/o vecina y aplaudir.
Sí, esos culpables que NO existen y que son humanos, aquellos que, a pesar de ser humanos cuentan con algunas diferentes como tener un sistema inmune quizá mayor o menor desarrollado, aquellos que este COVID-19 probablemente no les afecte a todos y todas por igual, lo más seguro, aquellos que, finalmente, son humanos y, atención spoiler doloroso y difícil de asumir, son como todos nosotros.
¿Tan complicado es de comprender que es tiempo de ayudarnos? Que es tiempo de apoyarnos. Las cosas complicadas ya vendrán después y, solo entonces será cuando aquellos y aquellas que ahora no son capaces de ayudar sino solo de atacar, que no son capaces de razonar -no sé si por falta de actitud o de actividad neuronal-, demostrarán si, además de no estar a la altura en tiempos como estos, de una guerra sanitaria, son capaces de estar a la altura en otros tiempos. Que ya os lo adelanto: NO, no lo estarán.
Tengo la esperanza de que una situación como esta, al final, nos haga más humanos, más tolerantes, más abiertos, más sensibles y más respetuosos. Haga de la nuestra, una mejor sociedad, y más si cabe aún, más comprometida. Espero que, al final también, hayamos aprendido a valorar, a discernir entre lo que uno quiere y lo que uno realmente necesita y, sobre todo, a no juzgar a nadie por su trabajo o sus circunstancias. Que podamos avanzar mirando de frente al futuro, recordando que juntos y juntas lo conseguimos, que unidos hicimos fuerza y fuimos la resistencia porque superamos al enemigo con ingenio, creatividad, innovación e imaginación. Y, sobre todo, recordaremos que salimos y comenzamos a hacer camino que, en palabras de nuestro Antonio Machado, se hace camino al andar.
Carolina Fuertes Gallur
Concejal de Iniciativa Porteña, partido más votado en El Puerto