Esta semana, al salir de mi casa, un vecino que conozco desde que era bien pequeño, se acercó a mí para preguntarme sobre el tema del aparcamiento en El Puerto. Entre los temas que hablamos se encuentra la Ordenanza Reguladora de Aparcamientos (ORA), nuevos aparcamientos públicos e incluso sobre la movilidad sostenible.

  Mi vecino, al que llamaré Juan para guardar su anonimato, no se explicaba la cantidad de aparcamiento de zona azul que existía por el pueblo. Con cierta gracia me enumeraba las zonas donde se encontraba esta zona como la avenida 9 de octubre o la avenida Camp de morvedre. Me preguntaba que como era posible que las zonas de más tránsito de coches tuvieran zona azul, a lo que yo le contesté: recaudación Juan, recaudación…

  ¿Y por qué le dije esto? Pues bien sencillo, las dos zonas que me comentaba mi vecino Juan tienen un flujo de coches, motocicletas, furgonetas, autobuses, etc. Además, le tienes que sumar que la zona azul está colocada de una forma estratégica: en la avenida 9 de octubre delante de los comercios y en Camp de morvedre justo enfrente del centro de especialidades por lo que todas las personas que se desplacen hacia estos dos sitios tendrán que o bien aparcar en la zona azul o dar vueltas y vueltas con el coche hasta por fin encontrar un lugar de estacionamiento. Por último, le añadí que hay más formas de recaudación aparte de privatizar el aparcamiento público, por lo que una vez acabada la concesión se debía retirar cualquier tipo de zona azul.

  El siguiente tema fue precisamente ese: el aparcamiento público. Me mencionó que no entendía como el aparcamiento de la Cooperativa de productores, en la gerencia, se encontraba cerrado ya que eso desahogaría a la avenida 9 de octubre. Además, Juan me mostró su enfado por el parking de la playa que se encuentra pegado a las pistas de tenis. No entiende como no se asfalta de una vez por todas y se deja de parchear año tras año.

  Mi contestación fue sencilla: no entiendo como no se realizan las obras para realizar aparcamiento porque no parecen grandes inversiones, tendrían gran utilidad y darían una mejor imagen, como es el caso del parking de la playa. Además, le sugerí a Juan que pensara que otros aparcamientos se podrían acometer. Pensó y pensó hasta que se le iluminó la bombilla y dijo: el que se encuentra en el centro de salud nuevo. Correcto Juan, creo que es el que más falta hace pero escurrir el bulto de las competencias es más fácil, unos dicen que es competencia de Conselleria y los otros del ayuntamiento y mientras tanto los que se tienen que buscar la vida para aparcar son los ciudadanos.

  Vemos como esta obra acogería unas 50 plazas de aparcamiento hoy en día es un solar más que descuidado, lleno de basura y ratas por lo que ¿qué hay mejor que darle utilidad a algo que no la tiene?

  Por último, Juan me preguntó que ocurría con los patinetes eléctricos que iban por la acera a una velocidad bastante elevada, concluyó que eran un peligro.

  Yo le pedí calma a mi querido vecino porque era un medio de transporte relativamente nuevo pero que se debe abordar su regulación con rigor técnico pero con la mayor brevedad posible ya que lo que antes era una moda y cada vez veíamos más y más patinetes eléctricos por nuestras calles hoy en día ya conviven con nosotros y se han normalizado. Lo que antes era algo novedoso se ha convertido en rutinario y pienso que entrar en esta rutina es peligroso porque siempre tiende a la relajación.

Eduardo Márquez

Jovenes Porteños