Numerosas playas vecinas cubren las necesidades de los bañistas con mucha más eficacia que la nuestra. Por centrarnos en un tema, un problema que llevamos arrastrando desde hace varios años es la cuestión de la accesibilidad. Siendo concretos, hay varias propuestas que se pueden llevar a cabo para mejorarla en nuestra playa.

  Por ejemplo, la mayoría de las tablas para entrar en la arena son cortas, estrechas, mal ensambladas y están en mal estado. ¿No sería adecuado que el acceso fuera amplio y agradable para todos? Si una familia quiere entrar a la playa con un carrito de bebé, ¿no sería lo propio que no fuera temblando, que llegara casi hasta el mar, y que cupiera alguien más que un carro?

  Por otro lado, sin que se sepan bien los motivos concretos, el programa de playas accesibles ha visto cómo este año se ha retrasado su puesta en marcha. Según llegaba a mis oídos, algunos usuarios se han tenido que desplazar a la playa de Canet para disfrutar de ese servicio.

  No quiero ser malpensado, pero solo veo dos posibles motivos que lo expliquen:  o bien esto huele a que alguien trabaja intencionadamente para que el servicio funcione mal y poder así justificar una posterior privatización o externalización, o tal vez la causa sea la deficiente gestión del cuatripartito anterior, que no supo organizar a tiempo un servicio que sí o sí tenía que empezar en verano.

  Sea como que fuere, la realidad es que nuestra playa no se merece gestores así, sino un servicio propio de una ciudad costera que cubra las necesidades de turistas y vecinos de manera excelente. Seguimos esperando.

Mario Cereceda
Integrante de Jóvenes Porteños