Las puertas de la entrada oeste del recinto del colegio de Begoña, que además da acceso al Teatro de Begoña y a la Iglesia del Carmen llevan varios meses desparecidas.

«Fue antes de Navidad cuando lo desmantelaron todo y lo dejaron literalmente tirado en los jardines de esa zona del colegio»,

explica el edil Sergio Paz.

Al parecer alguna de las hojas de las puertas metálicas se estaba descolgando y provocaba también el agrietamiento del pilar central. Ante esta

«situación el Ayuntamiento decidió desmontarlo todo y amontonar las piezas en el jardín contiguo, en lugar de arreglarlo y seguir teniendo la puerta en su sitio».

Este reciento del Colegio Público de Begoña, como todos los colegios públicos es propiedad del Ayuntamiento y por tanto le corresponde a esta administración su mantenimiento; recordemos que este colegio fue levantado por AHV entre los años 40 y 50 del pasado siglo, pasó a la Conselleria de Educación y Cultura tras el cierre de Altos Hornos, y presenta la singularidad de tener en su centro un teatro en la planta inferior y una iglesia en la superior. El teatro es propiedad de la Conselleria, estando su uso cedido al Ayuntamiento, mientras que la iglesia del Carmen, que se encuentra justa arriba del mismo, es propiedad del Obispado. Los accesos y jardines son parte del colegio y por tanto es el Ayuntamiento es el responsable de su mantenimiento.

«También indigna la falta de accesibilidad de esta entrada, a pesar de las reivindicaciones y  las repetidas promesas de construcción de una rampa; los usuarios con movilidad reducida tienen que acceder al teatro a través de las puertas laterales si quieren asistir algún evento, los de la iglesia no tienen ni eso», nos comenta Paz.

La dejadez de funciones del Ayuntamiento en estos espacios es más que palpable desde que la Conselleria «reconstruyó» el colegio. Hoy día y desde hace ya varios meses al encontrarse completamente abierto este espacio,

«el incivismo y los vándalos se adueñado de la zona, tirando todo tipo de desperdicios en los jardines y pintarrajeando la fachada, incluso han llegado a pintar el busto del Padre Jaime y atado alguna que otra cuerda de los tenderetes de las paradas del mercado en su cabeza»,

finaliza Paz.