El pluriempleo del alcalde de Sagunto D. Alfredo Castelló le está haciendo pasar factura, o mejor nos la está haciendo pasar a todos los habitantes del municipio de Sagunto. El pretender dirigir un consistorio tan complicado como este y en minoría, además de ejercer sus funciones -no sabemos muy bien a que se dedica- de diputado por las Cortes Valencianas le hace gastar una energía tan valiosa que tan sólo le queda tiempo para salir en las fotos y poco más.
Así vemos como poco a poco le “crecen los enanos”, es decir, se le disparan los problemas sin saber o querer resolverlos definitivamente. Un día son los presupuestos (prorrogados desde 2.009), otro el Casino Recreativo, otro la cantera de Asland-Lafarge, otro el Fornás, otro es el Horno Alto premiado y sin ascensor, otro es el barrio de la Marina, etcétera, etcétera, etcétera… Y observa con asombro como la oposición le pone en su sitio -el último Pleno fue un claro ejemplo- que no es otro que el de dialogar con el resto de formaciones políticas y demás fuerzas sociales si quiere seguir dirigiendo este municipio dual. Una situación francamente insostenible.
Debe pensar cuanto peor… mejor. O sea, que cuando peor vayan las cosas mejor puede justificar su ineficacia, su escasa y mala gestión, y su incapacidad de llegar a acuerdos con alguien; y de esta forma hacerse la víctima propiciatoria de una “despiadada” oposición; no nos volem morrut, pensara en sus adentros.
Sin embargo, soluciones tiene para acabar con esta situación y SP se lo ha puesto blanco sobre negro. ¿Quiere usted presupuestos? ¿Quiere usted estabilidad? ¿Quiere usted gobernabilidad? Entonces haga usted el favor de bajar el Consistorio al núcleo más poblado, más dinámico social y económicamente, que no es otro que El Puerto, su pueblo natal, por si se le había olvidado. Esta propuesta que en círculos segregacionistas puede levantar algunas ampollas, puede ser perfectamente asumible por el PP y el resto de partidos convencionales, ya que desde su perspectiva de “ciudad global y única” da igual en donde se ubique el Ayuntamiento, es más, lo lógico es tenerlo en El Puerto, que recordemos que hoy por hoy, tan sólo tiene una minúscula tenencia de Alcaldía y unos mínimos servicios; vamos, el mundo al revés.
Además, esta propuesta goza de una buena acogida entre las fuerzas sociales porteñas y la ciudadanía en general, segregacionistas o no, ya que ven como se pueden por fin acercar los servicios municipales a los ciudadanos y poder así resolver de una manera más rápida y eficaz numerosos problemas del día a día.
Sin embargo, tropieza con la cerrazón de Castelló (acomodado en las faldas del castillo) y la sumisión o indiferencia suicida de los políticos porteños del PP. Por cierto, asombra ver el populismo porteño de sus concejales, pero más sorprende ver como no tienen el más mínimo escrúpulo en votar en contra de su pueblo a la primera de cambio.
Por otro lado, si se le plantea a Castelló, que El Puerto se convierta en Entidad Local Menor (una especie de autonomía dentro del municipio con su propio presupuesto) don Alfredo nos sale con crear una “comisión de estudio”, es decir, alargar el asunto y ganar tiempo sine die, unas migajas para acallar las voces segregacionistas. Quizás nos haya tomado por unos ingenuos que se conforman con cualquier cosa. Algo , a lo que SP no está dispuesta a jugar.
Atentamente:
Sergio Paz Compañ
Concejal de Segregación Porteña