Al igual que se dice en la canción de Roberto Carlos: Yo, también, quisiera tener un millón de amigos para que todos juntos reclamar los derechos que se derivan de la dignidad inherente a la persona humana y, a su vez, manifestar nuestro rechazo al poder de apariencia que malévolamente ejercitan la administración autonómica y la municipal. Este modo de operar, desdeña la realidad social, fomenta el sectarismo absurdo, genera brechas divisorias en la convivencia social y .no tiene más objeto que negar a los porteños su identidad como pueblo.
Según Ortega y Gasset: “los asuntos de menor calibre aparente, tienen un sentido más hondo y serio del que ligeramente se le atribuye”. Si aceptamos este consejo y nos ponemos a desentrañar el trato que ha recibido el expediente de segregación en el ámbito administrativo, podremos constatar que se ha llevado al pairo de los intereses políticos y sin el debido respeto a los principios y derechos constitucionales. Esta falta de rigor político, se ha visto agravado por el bajo nivel ético demostrado por el Consejo dela Generalitat, debido a que han utilizado el texto de una resolución administrativa, para menospreciar a la ciudadanía porteña.
Una de las tesis más controvertidas de la Resolución, ha sido juzgar que la petición de segregación, no ha contado con el apoyo mayoritario de los vecinos, Esta apreciación, además de no ser cierta, supone una interpretación falaz del RD 1690/1986, por el que se aprueba el Reglamento de Población y Demarcación. Esta normativa en su Art 54, establece: “que toda persona que viva en España está obligada a inscribirse en el padrón del municipio” En ese mismo artículo, se dispone que los menores de edad no emancipados tendrán la misma vecindad que los padres que tengan su guarda o custodia. Y en el 56, recoge los derechos que les son conferidos a los vecinos, entre otros: ser elector y elegible, así como aquellos otros establecidos en las leyes. Lo que ocurre, es que estos derechos solamente pueden ser ejercitados por los mayores de edad.
El enfoque interpretativo que se deriva de la referida normativa, nos lleva a reconocer que la persona o sujeto de derecho, es la que determina la vecindad y el ejercicio de las acciones que le confiere la ley. Por esta razón, los vecinos mayores de edad que han apoyado la segregación, son la mayoría de los que pueden ejercitar este derecho. No obstante, sila Administraciónha decidido computar numéricamente a los menores de edad, pese a que no tienen capacidad para obrar, con intención de desvirtuar el apoyo a la segregación, tendrá que reconocer su error y admitir que ha infringido la obligación de interpretar la ley desde los valores, principios y normas constitucionales.
Otro de los temas que merecen una reflexión, son las dos sentencias judiciales que han recaído a instancias del entorno del PSOE y el BLOC, cuyos fallos son contrarios a la celebración de plenos municipales en el Centro Cívico. Ambas adolecen de una interpretación formal, que no respeta el derecho constitucional que garantiza la autonomía municipal para organizar su funcionamiento. No obstante, nos sugiere que dos pueblos no pueden depender de un solo Ayuntamiento. Por ello, la única solución razonable es la segregación o en trasladar el Ayuntamiento a El Puerto, donde hay un edificio que reúne las condiciones idóneas y reside la mayoría de la población.
De nada sirve que, ahora, los partidos que han promovido el litigio, se muestren conciliadores y sugieran al Ayuntamiento que no recurran las sentencias, para evitar gastos innecesarios. ¿A caso han olvidado que cuando ellos gobernaron hicieron uso y abuso de los recursos, para mantener al señor Civera en el equipo de gobierno hasta finalizar la legislatura? Alejar a la ciudadanía porteña de la actividad municipal y seguir manteniendo el ego capitalino, es azuzar las brasas para alentar el tradicional soberanismo, que en nada favorece a El Puerto. Nadie en su sano juicio, puede ignorar las razones que impulsan a un núcleo de población de más de 46,700 habitantes a querer constituirse en municipio independiente. ¡Ay, si tuviera un millón de amigos!
Un comentario
Muy bien dicho Jose Maria. Estos tres años que nos quedan hasta las elecciones esperemos que la gente recupere el ánimo y en muchos casos su trabajo. Se daran cuenta que desde Sagunto estan intentando recuperar su poder, quitandonos lo hasta ahora conseguido. Y veran como siguen chupando de la teta de El Puerto. Es entonces cuando despertaran ese «millon de amigos», o al menos espero que los necesarios para hacer mas fuerza desde SP, y seguir tocando…..las narices al rancio Sagunto. Es muy dificil que te quiten la ilusión cuando hablamos del sentimiento por tu pueblo, El Puerto.