El pasado viernes, 18 de febrero, y ante la sorpresa de muchos porteños (entre los que nos incluimos), el canal Nou Dos de Radiotelevisión Valenciana emitía la película El hacedor de realidades, sobre Ramón de la Sota.
En cambio aquí, desde que el pasado mes de junio el Pleno municipal aprobara, tras la moción presentada por SP, celebrar el estreno de dicha película en la Nave de Talleres, seguimos sin tener fecha para el mismo.
Recordemos que la película narra la vida y obra de Ramón de la Sota y Llano, y que el lugar elegido para la proyección busca ensalzar la figura histórica del empresario vasco, pues este edificio formó parte de la siderúrgica integral desde sus inicios, en 1917, hasta el cierre y desmantelamiento de la cabecera, en 1984, siendo uno de los escasos restos de historia de la industria que aún se conservan. Ramón de la Sota fue el impulsor de la industria siderúrgica valenciana, y su decidida acción empresarial dio origen —consciente o inconscientemente— al nacimiento de un nuevo pueblo: El Puerto.
La película ya fue estrenada con todos los honores y la asistencia de las principales autoridades vascas el 15 de septiembre en el museo Guggenheim de Bilbao. También el pasado verano (14 de agosto) pudo verse el preestreno de la misma en Ojos Negros, localidad íntimamente ligada al empresario vasco. Los ayuntamientos de Ojos Negros, primero, y de Bilbao, después, dieron todas las facilidades y pusieron los recursos necesarios para sus respectivos estrenos, sin necesidad de forzar a sus respectivos gobernantes a acuerdo plenario alguno.
Pues bien, ahora es la televisión pública valenciana la que se ha adelantado al Ayuntamiento de Sagunto, que no hace caso de los acuerdos plenarios. ¿Sabía el alcalde algo de esto? Si es así, muy callado se lo tenía. Mejor que los porteños ignoren su propia historia, no sea cosa que aflore su sentimiento identitario.
Esto no es más que una muestra más de la falta de sensibilidad hacia la historia y señas de identidad porteñas por parte de un alcalde al que no valen ruegos, peticiones o acuerdos plenarios que vengan desde El Puerto.