Como recordaréis, el pasado año el departamento de Medio Ambiente, que entonces dirigía el concejal de Segregación Porteña Sergio Paz, decidió hacer frente a la molesta plaga que sufren los eucaliptos, conocida como psylla (Glycaspis brimblecombei) y que provoca la caída prematura de numerosas hojas, el debilitamiento del árbol y la suelta de una pegajosa melaza que al caer provoca suciedad y malestar entre los vecinos.

El año pasado se afrontó el problema y se hicieron varios tratamientos por personal especializado en el parque Juan Carlos I (Triángulo Umbral), colegio Tierno Galván, estadio Fornás, avenida Jerónimo Roure y Baladre, así como suelta de depredadores en la Gerencia. El resultado fue bastante satisfactorio, ya que pudimos observar una menor intensidad en la caída de hojas y en la aparición de melaza, reduciéndose considerablemente los daños en el arbolado y, por consiguiente, las molestias a los ciudadanos. Y todo ello a un coste realmente bajo: alrededor de 2.000 €.

Pues bien, este año la psylla vuelve al ataque, y la falta de medidas preventivas está provocando una caída de hojas extraordinaria, sobre todo en la zona de la Gerencia y en la avenida Jerónimo Roure, con las consiguientes molestias para los vecinos. Es evidente que en ésta como en otras plagas (mosquitos, ratas o picudo rojo de las palmeras) no hay que bajar la guardia, siendo importantísimas las labores de seguimiento, prevención y control.

Para Segregación Porteña la defensa del medio ambiente urbano ha ser una de las prioridades, y no entendemos la pasividad de la actual delegada de Medio Ambiente, Leonor Murciano, en este tema. Desde Segregación Porteña queremos denunciar la inactividad del equipo de gobierno para hacer frente a un problema con solución relativamente fácil, uno de esos con los que tiene la obligación de trabajar quien asume responsabilidades de gobierno. Claro que para ello hay que pisar la calle, la de verdad, y no sólo para salir en el encuadre de la foto.

En estas imágenes (haz clic para verlas a tamaño completo) se ven los «caparazones» que forma la psylla. Son precisamente estos restos y las hojas infectadas caídas lo que se pega en los zapatos y en los coches, debido a la melaza pegajosa que tienen.